LA DAMA DE BIRMANIA

La mujer que más ha luchado para democratizar Birmania (Myanmar), la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, continuaba cautiva cuando el 7 de noviembre el país celebre sus primeros comicios en más de dos décadas de férreo régimen militar.
Con Suu Kyi tras las verjas de su vieja casa de Rangún, en la que ha vivido confinada 15 de los últimos 20 años, el Gobierno se asegura de que no se repetirá lo ocurrido en las elecciones de 1991, cuando, por menospreciar la popularidad de la "Dama", el partido oficialista fue humillado por la oposición.
Suu Kyi, vista por muchos birmanos como un símbolo de la democracia, decidió boicotear los comicios al considerar que la legislación electoral dictada por los militares era "injusta".
La citada legislación prohíbe a esta mujer presentar su candidatura a un escaño del Parlamento por haber sido condenada y por el hecho de que hasta que enviudó, estuvo casada con un extranjero, el profesor británico Michael Aris, con quien tuvo dos hijos.
Con las elecciones ganadas de antemano, el frente que preocupa a la Junta Militar es el que atañe al futuro de Suu Kyi, de 65 años, cuya pena de 18 meses de arresto domiciliario expira, en teoría, seis días después de la votación.
Hasta ahora, la Junta Militar ha hecho muy poco caso a las recomendaciones del secretario general de Naciones Unidas, a quien incluso le denegó el permiso para ver a Suu Kyi cuando en julio del año pasado viajó a Birmania para intentar convencer al general Than Shwe de que había que liberar a todos los presos políticos.
Naciones Unidas, Amnistía Internacional y otras organizaciones comprometidas con la defensa de los derechos humanos, estiman que al menos 2.200 birmanos permanecen encarcelados por motivos políticos.
EFE
Con Suu Kyi tras las verjas de su vieja casa de Rangún, en la que ha vivido confinada 15 de los últimos 20 años, el Gobierno se asegura de que no se repetirá lo ocurrido en las elecciones de 1991, cuando, por menospreciar la popularidad de la "Dama", el partido oficialista fue humillado por la oposición.
Suu Kyi, vista por muchos birmanos como un símbolo de la democracia, decidió boicotear los comicios al considerar que la legislación electoral dictada por los militares era "injusta".
La citada legislación prohíbe a esta mujer presentar su candidatura a un escaño del Parlamento por haber sido condenada y por el hecho de que hasta que enviudó, estuvo casada con un extranjero, el profesor británico Michael Aris, con quien tuvo dos hijos.
Con las elecciones ganadas de antemano, el frente que preocupa a la Junta Militar es el que atañe al futuro de Suu Kyi, de 65 años, cuya pena de 18 meses de arresto domiciliario expira, en teoría, seis días después de la votación.
Hasta ahora, la Junta Militar ha hecho muy poco caso a las recomendaciones del secretario general de Naciones Unidas, a quien incluso le denegó el permiso para ver a Suu Kyi cuando en julio del año pasado viajó a Birmania para intentar convencer al general Than Shwe de que había que liberar a todos los presos políticos.
Naciones Unidas, Amnistía Internacional y otras organizaciones comprometidas con la defensa de los derechos humanos, estiman que al menos 2.200 birmanos permanecen encarcelados por motivos políticos.
EFE
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