
¿Por qué existen juguetes para niños y juguetes para niñas?
La respuesta es que se trata de una estrategia comercial para vender el doble de productos. A los fabricantes y comerciantes les resulta mucho más rentable distinguir los juguetes de unas y de otros porque la demanda es doble (“a Rosita no le valen los juguetes de Juanito”).
Económicamente por supuesto que existen juguetes diferentes para unas y para otros, pero ¿Qué ocurre desde el punto de vista del niño y de la niña? ¿Juegan a juegos diferentes? ¿Realmente necesitan juguetes distintos?
En este caso la respuesta es que sí. Culturalmente hemos enseñado a los niños a jugar de modo diferente, utilizando juguetes para niños y juguetes para niñas, jugando a la manera de los chicos o jugando a la forma de las chicas….
Si queremos que juegos y juguetes sean “no sexistas” debemos empezar por: sensibilizar a la población en general a través de una propaganda “no sexista” del juego, concienciando a los adultos para que no caigan en la trampa comercial y, por último, invitando a los niños y a las niñas a compartir sus juegos con el otro sexo. De esta manera conseguiremos jugar todos y todas a lo mismo y con los mismos juegos.
La respuesta es que se trata de una estrategia comercial para vender el doble de productos. A los fabricantes y comerciantes les resulta mucho más rentable distinguir los juguetes de unas y de otros porque la demanda es doble (“a Rosita no le valen los juguetes de Juanito”).
Económicamente por supuesto que existen juguetes diferentes para unas y para otros, pero ¿Qué ocurre desde el punto de vista del niño y de la niña? ¿Juegan a juegos diferentes? ¿Realmente necesitan juguetes distintos?
En este caso la respuesta es que sí. Culturalmente hemos enseñado a los niños a jugar de modo diferente, utilizando juguetes para niños y juguetes para niñas, jugando a la manera de los chicos o jugando a la forma de las chicas….
Si queremos que juegos y juguetes sean “no sexistas” debemos empezar por: sensibilizar a la población en general a través de una propaganda “no sexista” del juego, concienciando a los adultos para que no caigan en la trampa comercial y, por último, invitando a los niños y a las niñas a compartir sus juegos con el otro sexo. De esta manera conseguiremos jugar todos y todas a lo mismo y con los mismos juegos.
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