DECÁLOGO DEL HOMBRE IGUALITARIO

La Asociación de Hombres por la igualdad de género (AIGE) ha elaborado un decálogo con los 10 principios básicos para, según dicha asociación, ser un hombre igualitario.
Un hombre por la igualdad es aquel que:
1. Se acepta a sí mismo.
2. Ha iniciado un camino personal de búsqueda y replanteamiento interno de sus valores, esquemas, mecanismos, conductas y pensamientos.
3. No tolera ningún tipo de desigualdad en razón del sexo.
4. Apoya activamente las justas reivindicaciones de las mujeres contra el sexismo.
5. Está aprendiendo a verse como un ser sensible, afectivo y, sobre todo, vulnerable (al igual que las mujeres)
6. Ha iniciado un proceso de replanteamiento de la relación con sus hijos e hijas. Ya no acepta continuar con un papel secundario e intenta que la relación sea más completa, aprendiendo a implicarse directamente con ellos y ellas.
7. Acepta el apoyo de otros hombres y no ve al resto de hombres como competidores.
8. Vive la sexualidad de forma natural y plena, sin los determinantes que el modelo tradicional masculino le ha impuesto.
9. Ha comenzado a cambiar su actitud hacia la homosexualidad, reconociendo que las personas homosexuales sufren una situación de discriminación que ha de ser combatida activamente.
10. Y, por supuesto, ha adoptado una actitud de tolerancia cero hacia la violencia de género que ejercen los hombres sobre las mujeres. Ha comprendido que “el silencio nos hace cómplices”.
Y en definitiva ...
Es un hombre que tiene un proyecto de cambio personal y lo está llevando a la práctica. Por ello se replantea una gran parte de sus posiciones, actitudes y conductas, que entiende están determinadas por su proceso de socialización sexista y patriarcal.
Su objetivo es construir una sociedad en igualdad en la que se haya conseguido superar los roles de género y, para ello, entiende que primero ha de cambiar él.
Un hombre por la igualdad es aquel que:
1. Se acepta a sí mismo.
2. Ha iniciado un camino personal de búsqueda y replanteamiento interno de sus valores, esquemas, mecanismos, conductas y pensamientos.
3. No tolera ningún tipo de desigualdad en razón del sexo.
4. Apoya activamente las justas reivindicaciones de las mujeres contra el sexismo.
5. Está aprendiendo a verse como un ser sensible, afectivo y, sobre todo, vulnerable (al igual que las mujeres)
6. Ha iniciado un proceso de replanteamiento de la relación con sus hijos e hijas. Ya no acepta continuar con un papel secundario e intenta que la relación sea más completa, aprendiendo a implicarse directamente con ellos y ellas.
7. Acepta el apoyo de otros hombres y no ve al resto de hombres como competidores.
8. Vive la sexualidad de forma natural y plena, sin los determinantes que el modelo tradicional masculino le ha impuesto.
9. Ha comenzado a cambiar su actitud hacia la homosexualidad, reconociendo que las personas homosexuales sufren una situación de discriminación que ha de ser combatida activamente.
10. Y, por supuesto, ha adoptado una actitud de tolerancia cero hacia la violencia de género que ejercen los hombres sobre las mujeres. Ha comprendido que “el silencio nos hace cómplices”.
Y en definitiva ...
Es un hombre que tiene un proyecto de cambio personal y lo está llevando a la práctica. Por ello se replantea una gran parte de sus posiciones, actitudes y conductas, que entiende están determinadas por su proceso de socialización sexista y patriarcal.
Su objetivo es construir una sociedad en igualdad en la que se haya conseguido superar los roles de género y, para ello, entiende que primero ha de cambiar él.
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