Técnicas para que las personas paradas de larga duración vuelvan a trabajar
Llevar más de un año sin trabajo es duro y puede generar en quien lo
padece un estado de grave frustración. Reavivar la autoestima es clave,
y hay técnicas para lograrlo.
En España hay más de dos millones de personas en
situación de desempleo desde hace más de un año;y más o menos la mitad
no ha trabajado desde hace dos. Una situación que no solucionan las
subvenciones, pese a que el Gobierno insista en ayudar a este colectivo
vía RAI (renta activa de reinserción) y Plan Prepara.
Los y las que llevan más de un año en paro suelen padecer baja autoestima y desmotivación
Este
problema que lastra al mercado laboral español provoca en los afectados
una sensación de desánimo y desmotivación que puede llevarles a creer
que no valen para nada y que ya no queda sitio para ellos. "Por eso es
esencial trabajar con ellos la desprogramación, situarlos en un punto de
partida, desenquistar la frustración. A partir de ahí, hay que empezar a
formarlos, porque muchos se han quedado desfasados. Y luego trabajar
sus emociones y su motivación a través del coaching", explica
Alfonso López, representante de ActionCoach en España, que sabe lo duro
que es trabajar con parados de larga duración y los beneficios del coaching para fomentar la vuelta al ruedo profesional de este colectivo.
Técnicas
El 'coaching' consiste en ponerse objetivos realistas que puedan ir cumpliéndose
Genoveva Vera, coach y experta en liderazgo, quien sostiene que realmente no existe un coaching específico para parados identifica, sin embargo, ciertas técnicas que sirven para este segmento de la población:"El outplacement.
Hay muchas empresas que tienen que llevar a cabo reajustes de plantilla
y contratan procesos de recolocación para las personas que despiden. De
esta manera les facilitan encontrar más rápido un puesto de
características similares a las que tenían. Por otro lado están las
lanzaderas de empleo, que es la última y más innovadora técnica de
búsqueda de trabajo". Fórmulas que, junto a los portales típicos de
empleo, las empresas de trabajo temporal, redes como LinkedIn y el networking,
se convierten en herramientas bastante eficaces para volver a trabajar.
Una eficacia que, no obstante, en los parados de larga duración no está
probada, pues estos juegan con un handicap: la falta de autoestima.
"Creen que son víctimas del sistema y que no pueden hacer nada por
resolver su situación. Una actitud que puede desembocar en depresión. De
ahí que sea fundamental ayudarlos para que vuelvan a conectar con su
fuerza y reconozcan, de nuevo, sus posibilidades", señala Enrique
Jurado, director de D'Arte Coaching. Un reto que pasa, al menos para
Jurado, por un método de coaching en el que prime la escucha
activa, en el que se puedan hacer preguntas poderosas, sea esencial la
comunicación directa y cambiar su punto de vista. "En el fondo, las
respuestas las tienen ellos".
"Lo característico del coaching
es que está indicado para que las personas consigan grandes objetivos
por medio del cambio, del aprendizaje y de la acción y facilitarles, en
este caso a los desempleados, a identificar sus habilidades y sus
capacidades, marcándose retos concretos y realistas, que les ayudarán a
aumentar la probabilidad de encontrar un empleo. Para ello, es necesario
trabajar en primer lugar la autoestima, pues con frecuencia la persona
que lleva mucho tiempo en paro termina entrando en un pasaje de
desolación e impotencia, llegando incluso a pensar que nunca volverá a
encontrar un puesto con el que poder seguir siendo alguien digno e
independiente", relata Genoveva Vera. Un ejercicio que no es sencillo y,
a veces, ni siquiera es posible. Alfonso López recuerda que en la
mayoría de los casos estos parados tienen más de 45 años y, alrededor
del 60% de aquellos que se someten a estas técnicas de coaching
consigue desprogramarse, es decir, eliminar de su mente todos los
pensamientos negativos. Una labor que puede dilatarse seis meses, antes
de dar comienzo a la etapa de formación. El representante de ActionCoach
en España asegura que aquellos que consiguen cumplir todo el programa,
que puede durar un año -sin contar con el trabajo de las emociones-
tienen muchas posibilidades de volver al ruedo laboral, aunque sea, en
un principio, en trabajos básicos.
Cierto es que la situación de
la que parte este colectivo no es sencilla. Por eso, "al principio
suelen mostrarse muy escépticos. Una actitud que algunos, sin embargo,
no cambian, porque es más fácil sentir que no tienen ningún tipo de
responsabilidad de sus circunstancias", afirma Jurado. Creer en los
beneficios del coaching no resta dureza a esa etapa de resurgimiento. Una fase en la que el coach
"debe empatizar, generar conexión, proponer dinámicas y juegos", para
que estas personas se queden con la parte positiva y vean resultados.
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