Las mujeres se hicieron oír en los Goya 2017

No solo belleza y glamour se ha visto y disfrutado en esta ocasión. Si en años anteriores las reivindicaciones se centraban en el IVA que soportan los productos culturales, en esta edición, muy repartida, sobre todo en los grandes premios de la Mejor Película y el Mejor Director, han tenido como protagonistas a las actrices, a las cantantes, a las productoras, a todas esas mujeres que aún necesitan reivindicarse para que su papel, su voz, se vea, se escuche y sea tenida en cuenta.

Si la brecha salarial femenina empieza desde la adolescencia, esa diferencia se perpetúa en los puestos directivos, en los mandos intermedios y en toda la escala laboral. Y, no, no queremos tener lo que no nos pertenezca por méritos, pero tampoco queremos ser penalizadas, simplemente por haber nacido mujer.

Ana Belén, polifacética artista española, y ganadora del Goya de Honor, no dudó en alzar la voz por todas sus compañeras de profesión cuando afirmó: "La situación laboral de las mujeres en el cine es pavorosa", dejando de manifiesto que si la precariedad campa a sus anchas en el páramo laboral español, en el mundo del cine es aún más alarmante, por lo tanto no es de extrañar que muchas actrices complementen sus ingresos con campañas publicitarias. No fue la única frase en apoyo del casi 51% de la población española, (dato de 2015), también habló en nombre de ese 51% cuando, muy emocionada -tuvo que interrumpir su discurso para pedir agua- dijo: "Sigo sin entender por qué a las mujeres nos cuesta tanto que nos reconozcan al mismo nivel que a los hombres, incluso en una profesión tan liberal como esta".

Ana Belén, tampoco se olvidó de quien le ha acompañado la mayor parte de su vida: "Sin él (Víctor Manuel) la vida hubiese sido diferente e infinitamente peor" pero, sin duda, su frase más reivindicativa fue la que definió su profesión: "Ser actriz significa prepararse, esforzarse mucho y, sobre todo, leer", poniendo el acento en algo que cada vez más las nuevas generaciones olvidan, el poder y el placer de la lectura, y de ahí que haya que seguir luchando por la alfabetización de la mujer, y no solo fuera de España.